APORTES DE LA TERMOGRAFÍA AL FISIOTERAPEUTA
La termografía infrarroja permite registrar todos los procesos fisiológicos internos del paciente que son relevantes para un fisioterapeuta en el proceso de atención clínica. Al captar el calor emitido por el cuerpo y el reflejo vascular existente en la microcirculación de la piel, los sistemas de termografía permiten evaluar, identificar y localizar los procesos fisiopatológicos del tejido lesionado.
La termografía se presenta como un recurso muy útil para cuantificar y objetivar los diagnósticos del fisioterapeuta y para la evaluación de sus pacientes tras el tratamiento. A continuación vemos algunos ejemplos concretos de la utilidad de la termografía, aportados por Oscar Carvajal y David Álvarez de Fisioterapia Océano.
Prevención y evaluación deportiva
Gracias al reconocimiento de hallazgos preclínicos, la termografía es utilizada como herramienta preventiva, sobre todo en el ámbito deportivo y asesoramiento de la planta del pie.
Deportista asintomático. Tras una evaluación termográfica en estado basal se descubre una posible patología intraarticular, posteriormente confirmada con resonancia magnética. Se le programa tratamiento preventivo mediante diatermia por UHF, con seguimiento de su evolución mediante termografía.
Evaluación y diagnóstico de fisioterapia
Aporta datos relevantes en tiempo real sobre la fisiopatología de los pacientes para la realización de una completa evaluación. De forma complementaria con el resto de técnicas de imagen y/o exploratorias ortopédicas y manuales, la termografía ofrece una mayor seguridad.
Paciente que acude con dolor en talón del pie izquierdo. Tras evaluación termográfica se reconoce un foco hipertérmico asociado al proceso inflamatorio de la región. Debido a los datos térmicos obtenidos, se le recomienda la realización de estudio de la pisada (observar ambos pulgares y área del metatarso del pie derecho)
Planificación del tratamiento y seguimiento de la recuperación
Nos permite, en función de los hallazgos y de las características del paciente, seleccionar las herramientas más óptimas dentro de nuestro arsenal terapéutico. También nos ofrece un seguimiento de manera objetiva y cuantificada del resultado del uso de las mismas.
Datos sobre la localización para realizar las distintas intervenciones en el paciente
Los hallazgos térmicos nos orientan sobre dónde buscar, palpar y, en definitiva, tratar. Obviamente, hay que realizar una correcta interpretación de las imágenes.
Paciente que acude a tratamiento tras un año de dolor en región del muslo de características inespecíficas, habiendo realizado ya varios tratamientos en otros centros sin resultados óptimos. En la evaluación termográfica de su pierna solo se observa un marcador térmico situado en el vientre del recto anterior de su cuádriceps. Posteriormente se evaluó el área próxima a ese marcador con ecografía, encontrando un proceso de fibrosis en el septo del recto anterior de su cuádriceps derecho. El diagnóstico en esta situación fue dado gracias a la evaluación termográfica, que indicó el área donde buscar daños estructurales.
Reincorporación laboral o deportiva
La vuelta a la normalidad térmica es un indicativo de seguridad para la reincorporación a nuestra vida laboral o deportiva. Gracias a la termografía, podemos saber con certeza cuándo una persona puede realizar su reincorporación con éxito.
La imagen de la izquierda muestra e daño cervical tras un accidente de tráfico. La imagen de la derecha es el resultado tras 3 sesiones de tratamiento. Observar como el patrón térmico se vuelve simétrico a ambos lados , condición indispensable para la recuperación de la zona y la vuelta a su actividad laboral con éxito.